No existe una definición de aprendizaje universal aceptada, (Domjan, 2000) afirma que el aprendizaje es un cambio duradero en los mecanismos de conducta que implica estímulos y/o respuestas específicas y que es el resultado de la experiencia previa con esos estímulos y respuestas o con otros similares.
La distinción entre aprendizaje y ejecución
Siempre que contemplamos evidencia de aprendizaje, observamos la aparición de un cambio en el comportamiento -la ejecución de una respuesta o la supresión de una respuesta que previamente tenía lugar-.
La ejecución se refiere a las acciones de un organismo en un momento concreto. (Que hagamos o no algo depende de muchas cosas). La ejecución está determinada por la oportunidad, la motivación y las capacidades sensoriales y motoras, además del aprendizaje, por lo tanto un cambio en la actuación no puede ser considerado como una manifestación de aprendizaje.
El aprendizaje y otras fuentes de cambio conductual
Existen varios mecanismos que dan lugar a cambios en la conducta que son excesivamente breves para ser considerados como ejemplos de aprendizaje. Uno de estos procesos es la fatiga. Este tipo de cambio es producido por la experiencia, pero no se considera un ejemplo de aprendizaje debido a que la debilitación de la respuesta desaparece si se permite al individuo descansar un rato.
La conducta puede verse alterada temporalmente por un cambio en las condiciones estimulares. Ejemplo: (al encenderse las luces de un cine el público se levanta, pero no está considerado como aprendizaje). Otros cambios de conducta que no se consideran como aprendizaje implican alteraciones en el estado fisiológico o motivacional del organismo, por ejemplo; (hambre y sed, cambios en las hormonas sexuales, administrase drogas psicoactivas) Maduración: cambios persistentes en la conducta sin necesidad de la experiencia con eventos del entorno que requiere la definición de aprendizaje. La maduración puede provocar la desaparición de determinadas respuestas.
Diferentes tipos de mecanismos causales
Al hablar de mecanismos casuales es importante tener en mente qué tipo de causa nos concierne. (Killeen 2001) ha alentado a los psicólogos del aprendizaje a pensar en los cuatro tipos de causas descritos por Aristóteles.
Primero, causa eficiente el más cercano a la definición común de causa, hace referencia a las condiciones necesarias y suficientes para producir un resultado en la conducta.
Causa eficiente: Es la experiencia anterior con estímulos y/o respuestas específicos que produce el cambio en la conducta que señala la presencia del aprendizaje.
Las causas eficientes de la conducta aprendida están medidas por cambios en el sistema nervioso, estos cambios neuronales constituyen la causa material del aprendizaje.
Las causas materiales hacen referencia a los cambios físicos en el sistema nervioso que median en el aprendizaje, entre ellos cambios en los mecanismos sinápticos.
Los mecanismos conductuales constituyen lo que Aristóteles denominó causas formales. Las causas formales son las teorías o modelos de aprendizaje, que pueden expresarse en términos matemáticos o computacionales, o pueden plantearse a partir de constructos teóricos. (Los modelos asociativos de aprendizaje son ejemplos de causas formales).
Causa final son las explicaciones del aprendizaje que pone énfasis en su función o utilidad y hacen referencia al cuarto tipo de causa descrita por Aristóteles.
En la biología moderna, la cusa final de un comportamiento o de cualquier proceso biológico es como ese proceso contribuye al éxito reproductivo del organismo. Se mide a partir del número de descendientes de un individuo.
Los científicos de orientación biológica establecen una distinción entre las causas próximas o inmediatas del comportamiento y sus causas últimas.
Las causas próximas se corresponden con las causas eficientes y materiales de Aristóteles.
Las causas últimas se conocen como causas finales.