Nos referiremos a tres de ellas: en primer lugar, a su participación en la organización general del comportamiento, como un factor o rasgo de personalidad; en segundo lugar, veremos los factores que pueden afectar al correcto funcionamiento de este proceso. Y, por último, hablaremos de las consecuencias que se producen por su mal funcionamiento.
5.1. Ansiedad estado y ansiedad rasgo
El modelo sobre ansiedad-rasgo que ha tenido mayor difusión es el de Spielberger. Para él, estado de ansiedad es como una emoción transitoria caracterizada por la activación fisiológica (sobre todo del sistema nervioso autónomo) y sentimientos de aprensión, temor y tensión; mientras que la ansiedad de rasgo es una predisposición de la persona para responder. Así pues, el rasgo de ansiedad se entiende como una característica de personalidad o tendencia a reaccionar de forma ansiosa, con independencia de la situación.
Las aportaciones más recientes plantean que tanto la ansiedad rasgo como la de estado son multidimensionales. Estas dimensiones actúan dentro de un marco interactivo en el que no son sólo las características de las personas ni las de la situación por sí solas las responsables de producir la respuesta ansiedad, sino que es la conjunción de ambas lo que da la peculiaridad de la misma.
Por lo tanto, son los factores cognitivos y motivacionales que predisponen a la persona a hacer interpretaciones amenazantes acerca de la situación (componentes de rasgo), unidos al significado psicológico que tienen ciertas características ambientales que se están produciendo en este momento (componentes de la situación), los que determinan la reacción ansiosa (estado de ansiedad).
En conclusión, la ansiedad estado será la responsable de las reacciones y de las respuestas para hacerles frente, mientras que la ansiedad rasgo puede ser considerada como una ansiedad futura que se basa en la ansiedad del pasado, ya que es la que determina la predisposición cognitiva a interpretar ciertas situaciones como amenazantes, independientemente del peligro real.
5.2. Ansiedad y vulnerabilidad
Las diferencias individuales hacen que ciertas personas desarrollen una mayor sensibilidad o tendencia a movilizar el proceso de ansiedad. Los factores que potencian este efecto de vulnerabilidad son de diversa índole, por ejemplo, características de la personalidad, esquemas mentales, condiciones ambientales, predisposición genética o haber sufrido experiencias estresantes.
Entre los factores de personalidad más estudiados, nos encontramos con dos rasgos propuestos por Eysenck, el neuroticismo, caracterizado por la tendencia a experimentar con relativa facilidad emociones desagradables, y la introversión, caracterizada por la evitación de la estimulación o activación externa. La conjunción de un alto nivel de neuroticismo y una alta introversión produce una hiperactivación, que es un factor de riesgo para el desarrollo de ansiedad condicionada y de niveles de activación crónicamente elevados.
Otro factor responsable de la vulnerabilidad a la ansiedad es el temperamento de comportamiento inhibido (Kagen), que se caracteriza por una elevada activación del sistema nervioso autónomo, un comportamiento retraído y una supresión de comportamientos en situaciones nuevas. Personas con este tipo de temperamentos presentan un mayor riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad y depresión.
Otros dos componentes de vulnerabilidad serían la sensibilidad y la expectativa de ansiedad (Reiss). Las expectativas (lo que uno piensa que ocurrirá) incrementan la percepción de señales de peligro en el ambiente y las evaluaciones negativas del mismo. La sensibilidad (miedo de anticipar acontecimientos) es una propensión específica para responder temerosamente a las sensaciones de ansiedad y que está basada en las diferencias individuales sobre las creencias en las consecuencias personales de experimentar ansiedad. La conjunción de estas dos variables produce un incremento en la capacidad para adquirir ansiedad condicionada y es, también, un factor de segundo orden para la vulnerabilidad en el desarrollo de trastornos de ansiedad.
La vulnerabilidad debida a los esquemas mentales. Un esquema mental es un cuerpo de conocimientos que interactúa con la codificación, la comprensión y el recuerdo de una situación, sesgando así la atención, la interpretación y la memoria. El sistema de procesamiento buscaría el esquema que se ajuste más a la situación presente y una vez localizado, desde un procesamiento dirigido conceptualmente, la activación de este esquema focalizará la atención, la interpretación de los estímulos y su posterior recuerdo. Las personas con predisposición a la ansiedad poseerían esquemas relativos a la amenaza, sobre todo en torno a la aceptación, la competencia y el control. Los esquemas ansiógenos dirigirían el procesamiento hacia los aspectos internos y externos congruentes con ellos, de modo que la persona sólo atenderá a los estímulos amenazantes del ambiente, daría interpretaciones amenazantes a los estímulos ambiguos y recuperaría de la memoria información relativa a la amenaza. La vulnerabilidad proviene de esquemas mentales que están configurados por conjuntos de creencias acerca del peligro, los cuales influencian la percepción y el procesamiento de información del ambiente en un marco de pensamientos automáticos de peligro, y que, a su vez, son la causa que influencia el codificar la información con más atención para las situaciones de amenaza o potencialmente de amenaza, y esto es lo que conduce a una condición ansiosa.
Otra fuente de vulnerabilidad es la experiencia y el medio ambiente. Un elevado sentido de control sobre el entorno produce una elevación de la exploración de nuevos estímulos y menos ansiedad; por el contrario, una baja percepción de control sobre el entorno será responsable de una elevación de la ansiedad. Además, determinadas características de las demandas ambientales pueden ser responsables de una mayor vulnerabilidad:
- La severidad de la situación: a mayor severidad percibida mayor vulnerabilidad.
- La inminencia del suceso: las situaciones que producen una mayor vulnerabilidad son las que se encuentran más alejadas en el tiempo y que permiten una anticipación durante más tiempo.
- La probabilidad de ocurrencia del suceso: una probabilidad intermedia parece causar más vulnerabilidad que una muy alta o una muy baja.
Parece existir cierta predisposición hereditaria a la ansiedad. Los miembros de una familia con personas que padecen algún trastorno de ansiedad son más propensos a que desarrollen también trastornos de ansiedad.
El estrés patológico. Facilita la aparición de la ansiedad, exacerba los trastornos de ansiedad y contribuye a la reincidencia de los mismos. Los pacientes con trastornos de pánico informan que los eventos estresantes desencadenan sus ataques de pánico. Las experiencias en la infancia de factores estresantes aumenta el riesgo de desarrollar posteriormente trastornos de ansiedad, principalmente ante nuevas situaciones estresantes y especialmente en el caso de sufrir estrés post-traumático.
5.3. Ansiedad patológica
Los trastornos de la ansiedad, según el DSM IV, comprenden una amplia variedad de alteraciones. Estos trastornos causan un importante malestar subjetivo, son altamente incapacitantes y pueden alterar gravemente el funcionamiento familiar, social y laboral de quien los padece.
- TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA ⇒ Se produce una respuesta de ansiedad y preocupación excesivas (expectación aprensiva) sobre una amplia gama de acontecimientos o actividades (como el rendimiento laboral o escolar), que se prolongan en el tiempo y que generan un estado de preocupación que no puede ser controlado.
- TRASTORNO DE PÁNICO ⇒ Ocurren episodios impredecibles y recurrentes de pánico, que tienen un comienzo brusco y van acompañados de palpitaciones, temblor, sudoración, dificultad respiratoria, dolor torácico, parestesias, mareos, visión borrosa, sensación de irrealidad o despersonalización, temor a perder el control o a enloquecer y sensación de muerte inminente. Con el paso del tiempo estos pacientes desarrollan ansiedad anticipada y evitan los sitios o situaciones que desencadenan el síndrome.
- AGORAFOBIA ⇒ Se observa con frecuencia en los trastornos de pánico. Es un temor irracional a estar en sitios abiertos donde pudiera quedar atrapado o fuera incapaz de escapar.
- TRASTORNOS FÓBICOS ⇒ Se caracterizan por la aparición de un temor marcado y persistente, ante la exposición a determinados objetos o situaciones. La evitación del estímulo fóbico altera el funcionamiento social y ocupacional. A diferencia de otros trastornos de ansiedad, en las fobias, la ansiedad aparece solamente ante la presencia del estímulo específico (por ejemplo, los espacios cerrados en la claustrofobia).
- FOBIA SOCIAL ⇒ El temor a la presencia de personas no familiares, a ser objeto de examen o evaluación por estas personas (temor a hablar en público, al encuentro con personas extrañas, al uso de baños públicos, etc.). Con frecuencia las fobias se asocian con las crisis de pánico.
- TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO ⇒ La ansiedad se origina ante ideas obsesivas, que son aliviadas por la ejecución de una conducta compulsiva (por ejemplo, el temor a ser contaminado por gérmenes, que es aliviado por el lavado repetido de manos). De esta manera, pueden ocurrir conductas repetitivas (por ejemplo, asegurarse reiteradamente que la puerta está cerrada o que no hay nadie debajo de la cama). Estas personas suelen ocultar sus síntomas, al sentirse turbados o apenados por el contenido de sus pensamientos y la naturaleza de sus acciones, que reconocen como injustificadas.
De forma conjunta, en todos los trastornos de ansiedad se presenta un efecto principal de tipo cognitivo, que es debido a un sesgo selectivo sobre los estímulos amenazantes; una fuerte activación fisiológica; y un efecto de incontrolabilidad, debido al fracaso del afrontamiento para controlar las informaciones amenazantes y/o la activación fisiológica, posiblemente como consecuencia del uso de un estilo de afrontamiento caracterizado por alta vigilancia y alta evitación.