Debemos tener en cuenta un problema en el estudio de las emociones secundarias: el problema de las diferencias semánticas en diversas culturas entre términos aparentemente intercambiables. Este es un problema real, que plantea serias dificultades para llegar a conclusiones científicas generales acerca de la naturaleza de las emociones.
Cuando se compara la clasificación de las emociones en familias y subfamilias en distintas culturas se constata que las diferencias culturales no se dan únicamente a nivel de las emociones más específicas.
A nivel de las familias básicas, las distintas culturas presentan muchas similitudes, pero también algunas diferencias.
Los análisis de Shaver, Wu y Schwartz (1992) mostraron la existencia de cinco familias básicas comunes a las tres culturas: las de la ira, la tristeza, el miedo, el amor y la felicidad. Pero en los chinos aparecía una categoría básica más que los autores designaron como "shame" (bochorno). En los occidentales "shame" no aparecía como una familia básica sino como una subcategoría de la tristeza.