Los psicólogos tienden a agrupar la culpa, la vergüenza y el orgullo bajo la denominación de "emociones autoconscientes". La razón de ello es que en estas tres emociones subyace, como rasgo fundamental, algún tipo de evaluación relativa al propio yo: estas emociones surgen cuando se produce una valoración positiva o negativa del propio yo en relación con una serie de criterios acerca de lo que constituye una actuación adecuada en diversos ámbitos.
Quizás fuera más apropiado llamarlas emociones autoevaluativas, ya que estamos ante reacciones emocionales que tienen como antecedente algún tipo de juicio (positivo o negativo) de la persona sobre sus propias acciones.