Está claro que muchas técnicas proyectivas son deficientes cuando se evalúan de acuerdo con los estándares psicométricos. Pero el uso de las técnicas permanece con el paso de los años. Debemos hacer un recuento de las debilidades y los esfuerzos para dar soluciones y propuestas, como:
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El estudio del valor estimular de los materiales-estímulos proyectivos.
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La estandarización de las condiciones de administración que implica mayor control de los estímulos, recogida de respuestas y variables intervinientes.
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La obtención de datos normativos.
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La utilización de sistemas de valoración y análisis de respuestas que someten a control la subjetividad de los jueces.
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La interpretación de los resultados dentro de un contexto de contrastación con información obtenida de otras fuentes.
También debemos recordar las sugerencias sobre fiabilidad y validez de las técnicas proyectivas que se han realizado en los estándares de la APA:
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No tiene ningún sentido pretender validar una prueba proyectiva como un todo. Es más adecuado especificar y referirse a ella en función de los objetivos planteados y procedimientos seguidos e indicar si se ha mostrado válida para predecir determinadas variables comportamentales.
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Cada instrumento proyectivo posee características y problemas propios. La fiabilidad y validez no puede ser extrapolada de unos instrumentos a otros, ni tampoco más allá de las condiciones experimentales en las que fueron obtenidos.
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Es necesario tener en cuenta, la modulación que introducen variables intervinientes como la edad, sexo, maduración fisiológica, el nivel educativo y socioeconómico, así como la interacción de todos estos factores.
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Cuando es necesario el diagnóstico diferencial, se debe escoger un test para el cual haya evidencia de su aptitud para distinguir entre dos o más grupos diagnósticos, más que para distinguir entre casos patológicos y población general.
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El problema de la validez ha de abordarse mediante múltiples métodos combinados. Widiger ySchilling han elaborado un modelo para la validación conceptual del Rorschach que puede ser extrapolable al resto de los instrumentos proyectivos.
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No deben utilizarse las respuestas específicas de un individuo ante un estímulo proyectivo como base suficiente para la evaluación psicológica, a menos que conste evidencia de la validez de tal inferencia.
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No deben contraponerse ni considerarse excluyentes los usos clínicos y actuariales de las técnicas proyectivas. Una acción combinada de ambos puede optimizar su praxis. La validez y fiabilidad de estas técnicas depende de un uso contextual adecuado, en el que se utilicen combinadas toda clase de evidencias.