Lo primero que tenemos que saber con exactitud es qué queremos observar. Según la perspectiva desde la cual abordemos el estudio, nos pueden interesar elementos de orden diverso: de aprendizaje, de destrezas, habilidades sociales, de control del propio cuerpo... Y puede ocurrir que nuestro objetivo se focalice sólo en algunos de ellos o en varios simultáneamente.
En el ámbito de la evaluación ha de quedar claro que debemos registrar aquellos sectores del comportamiento que podamos percibir y nos permitan objetivar y después cuantificar su estudio. Todos los niveles clásicos de respuesta caben en el estudio de los comportamientos susceptibles de evaluación. Siendo conscientes de sus limitaciones, sugerimos la clasificación de niveles de respuesta de Weick que corresponden al contenido de la conducta a observar, y teniendo en cuenta que nos puede interesar uno o varios simultáneamente.
Conducta no verbal
Se refiere a las expresiones motoras que pueden originarse en distintas partes de su cuerpo. Se trata quizá del área más activa de las recientes investigaciones en metodología observacional. La conducta no verbal es extremadamente sutil para el registro, siempre que el observador esté entrenado y adiestrado y sea sensible a sus manifestaciones.
La propuesta inicial de Weick desglosaba la conducta no verbal en: expresiones faciales, intercambios de mirada y movimientos corporales. No obstante se incurre en dos problemas metodológicos: por una parte, entre expresiones faciales e intercambios de mirada no se cumple la mutua exclusividad, la segunda constituiría un subconjunto de la primera. Por otra, los movimientos corporales no hacen posible que sea efectiva la condición de exhaustividad con el resto, puesto que únicamente se contemplaría la conducta gestual (que es dinámica) pero no la postural (que es estática). La modulación introducida consistiría en contemplar expresiones faciales, conducta gestual y conducta postural.
Conducta espacial o proxémica
Presenta dos vertientes: una es de carácter estático y se refiere a la elección de lugar en un espacio; y la segunda es mucho más relevante en el ámbito infantil, y comprende el conjunto de los desplazamientos de un sujeto, realización de trayectorias, ocupación del espacio...
Conducta vocal o extralingüística
Estudia los diversos aspectos de interés en la vocalización, sin interés por el contenido del mensaje. Los desarrollos informáticos o el sonógrafo permiten la descomposición espectral de la voz, el cálculo de la energía producida en el instante de la emisión y la detección del formante (cada uno de los rasgos identificables de un sonido o un fonema, los cuales tienen un carácter personal e intransferible para el sujeto emisor). Las aplicaciones en el ámbito infantil son muy interesantes, especialmente en cuestiones relacionadas con el desarrollo del lenguaje, pero también en el ámbito forense con la identificación del formante.
Conducta verbal o lingüística
Se refiere al contenido del mensaje, y presenta una interesante aplicación en todos aquellos casos en que la conducta verbal es grabada y transcrita, transformándose en material documental, así como en aquellas situaciones en que inicialmente ya se obtiene la información en forma de texto. Ej: diario de una anoréxica.