Toda evaluación es un estudio científico y se deben reducir y eliminar los errores, debido a que las situaciones de observación son complejas, existe en ocasiones una movilidad intrínseca, muchas conductas son fugaces, los estudios habitualmente prolongados, etc. En las últimas décadas el avance tecnológico que se ha producido ha facilitado el rigor y la precisión del registro. En la actualidad, en casi todos los casos se puede disponer de la grabación de las sesiones de observación, motivo por el cual la operación metodológica de registro se disocia en las de grabación-visionado-registro a partir de la grabación, pudiéndonos ayudar mediante instrumentos mecánicos o tecnológicos. Muy frecuente es la posterior digitalización de las grabaciones, lo que permite una vez se hallan dispuestas codificarlas con mucha mayor precisión.
En la metodología observacional se contempla la ecuación funcional:
Observación = percepción + interpretación + conocimiento previo – sesgos
en donde la falta de equilibrio entre P, I y Cp genera sesgos de carácter estructural. El uso de la observación en evaluación implica el mantenimiento de un equilibro entre la percepción, la interpretación, y el conocimiento previo o contextualización.
Son muchos y diversos los sesgos y dificultades que acechan al observador, pudiéndose solventar en su práctica totalidad con una planificación adecuada y un correcto adiestramiento de los observadores. Los grandes grupos de sesgos son: reactividad, expectancia y sesgos de carácter técnico.
Reactividad
Consiste en la alteración de la naturaleza espontánea de las conductas de los sujetos observados que se ocasiona precisamente cuando se aperciben de que están siendo observados. Es un sesgo muy frecuente. Habitualmente es posible resolverlo mediante un acostumbramiento más o menos prolongado a la presencia del observador hasta que la integración de éste en el entorno percibido por el sujeto evaluado ya no genera ninguna alteración en el comportamiento, aunque se requiere una buena dosis de paciencia. En los casos en que no se vulnere principios se puede resolver mediante la utilización de espejos unidireccionales.
Expectancia
Surge en el observador en forma de previsiones de conductas no contextualizadas y en ocasiones, ni siquiera percibidas. Es un sesgo grave ya que el observador no sospecha que está afectado. Puede ocurrir porque el observador crea tener un completo conocimiento de la situación o porque esté fuertemente supeditado a un marco teórico y trate inconscientemente de obtener evidencia empírica.
Sesgos de carácter técnico
Son muy variados: ángulo de mira incorrecto, fallos de funcionamiento de medios técnicos, falta de sincronización entre los observadores de un equipo, insuficiente cobertura en la grabación, etc.