Memora autobiográfica y envejecimiento
Con respecto a la memoria autobiográfica, podemos recordar hechos que han sucedido desde unos minutos antes hasta años atrás. Cuanto mas tiempo pasa desde la codificación de los hechos autobiográficos hasta la recuperación se observa que es menor el porcentaje de datos recordados por lo que el olvido aumenta conforme aumenta el tiempo entre la codificación y la recuperación.
Se ha observado en diversos estudios que la memoria autobiográfica aumenta desde la niñez hasta los 20-30 años, y que a partir de esta edad, la memoria autobiográfica empieza a disminuir progresivamente hasta los 40, de tal forma que las personas de esta edad tienen una capacidad de memoria autobiográfica similar a la de los niños de 10 años.
Memoria prospectiva en el envejecimiento
La memoria prospectiva es el recuerdo de acciones que tenemos que realizar en un futuro. Por ejemplo, recordar que tenemos que apagar el fuego después de cocinar o cerrar la puerta con llave al salir de casa son tareas de la memoria prospectiva.
Los estudios que se han realizado sobre la memoria prospectiva nos han demostrado que los mayores rinden peor en estas tareas. Existen dos condiciones: una condición en la que pueden recordar lo que deben hacer a partir de claves contextuales (por ejemplo, decirles que llamen por teléfono al investigarlo a la hora de la comida y la cena) y otra condición en la que carecen de claves contextuales que les indiquen lo que deben hacer (decirles que llamen al investigador cada vez que pase cierto tiempo). Los resultados que se han observado en este tipo de estudios han sido que el rendimiento de las personas mayores cuando disponen de claves contextuales que les indiquen que deben hacer es en ocasiones mejor que el de las personas jóvenes. Sin embargo, cuando no se dispone de claves contextuales, el rendimiento es notablemente inferior en las personas mayores.
La disminución de la memoria prospectiva es un problema para las personas mayores ya que puede incapacitarles (según el grado de la pérdida). Pero los mayores también cuentan con una ventaja: la experiencia. Gracias a ella, se puede conseguir que asocien algún estímulo a la realización de una tarea. Por ejemplo, poner una figura brillante en la puerta y asociarla a cerrar la puerta (esto puede suplir perfectamente las deficiencias de la memoria prospectiva).
La neuropsicología ha asociado la memoria prospectiva al lóbulo frontal. Se cree que la disminución de la actividad en este lóbulo durante la senectud causa las deficiencias en la memoria prospectiva.
Metamemoria
La metamemoria es el conocimiento que un individuo tiene sobre su memoria. Se trata de la valoración que hace de sus procesos amnémicos, sobre si tiene una buena memoria o una mala memoria. La metamemoria se evalúa a través de cuestionarios y existen varios tipos de pruebas:
Pruebas off-line: este tipo de pruebas son las que preguntan sobre como valora su memoria en general, es decir, en todas las tareas de la vida cotidiana.
Pruebas on-line: en este tipo de pruebas se le propone al participante una tarea de memoria y se le pregunta como cree que va a actuar en dicha tarea. Después se compara el rendimiento que el esperaba tener con el rendimiento real que ha tenido.
Ahora bien, ¿la metamemoria sirve para algo o es solamente un invento mas de los psicólogos para complicarnos la vida a los estudiantes?. Pues la respuesta es que sí que tiene utilidad. Una de estas utilidades es que gracias a los cuestionarios podemos averiguar cuales son los aspectos de la memoria que preocupa a cada individuo mayor. Otra utilidad es que permite detectar quienes son los ancianos que padecen depresión (y tienen los procesos cognitivos no alterados) de los ancianos con principios de demencia (los depresivos rendirán bien en las pruebas de memoria pero en la metamemoria afirmarán que su memoria es muy mala, mientras que los dementes dirán, que su memoria no es especialmentre mala pero su rendimiento en las pruebas será deficiente).
También es menester que entendamos que las creencias de la metamemoria de las personas mayores no suelen correlacionar con los datos empíricos que luego obtienen en las pruebas objetivas de memoria.