Adquisición de hábitos en la vejez
En la adquisición de los hábitos es necesario que el sujeto preste atención al principio del aprendizaje, y posteriormente esos movimientos o hábitos se desarrollarán de forma automática.
Se ha evidenciado que las personas mayores tienen mas problemas que las jóvenes en la adquisición de hábitos automáticos como puede ser tocar un instrumento musical o conducir. Sin embargo, cuando los hábitos son adquiridos en la juventud, esos automatismos son reproducidos satisfactoriamente cuando la persona se hace mayor. Así, un pianista mayor tocará el piano prácticamente igual de bien que cuando era joven. No obstante, sí que se ha observado que los movimientos de las personas mayores se producen de forma mas lenta que los movimientos de los jóvenes, lo que se ha explicado postulando que en la vejez se ralentizan los procesos cognitivos, lo que causa una menor velocidad mental y motora (al fin y al cabo, la actividad motora externa es el reflejo de una actividad cognitiva interna).
En un estudio participaron tres grupos, uno de jóvenes, uno de adultos y uno de mayores. En el estudio se les pedía a los participantes que realizaran movimientos de los brazos en cuatro condiciones:
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Incertidumbre: en esta condición no se les daba ninguna instrucción de hacia donde debían mover el brazo;
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Señal de brazo: en esta condición se les indicaba que brazo debían mover;
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Señal de brazo y dirección;
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Señal de brazo, dirección y amplitud de movimiento.
Como puede observarse los experimentadores manipulaban el número de señales que les daban a los sujetos.
Los resultados que obtuvieron en el estudio fueron los siguientes: cuanta mas incertidumbre hubiera (es decir, cuantas menos indicaciones se les diera a los sujetos sobre como debían mover el brazo) mas tiempo tardaban en realizar el movimiento (esto ocurría en todos los grupos). Además, los mayores tadaron significativamente mas que los adultos y que los jóvenes. Además la condición de mas incertidumbre castigo desproporcionadamente a los ancianos.
En cuanto al aprendizaje de hábitos en la vejez, como hemos dicho antes resulta bastante mas costoso para un anciano aprender nuevos hábitos motores que para los jóvenes. Sin embargo, como hemos dicho, cuando un anciano adquirió los hábitos automáticos durante su juventud, su realización es bastante eficiente en su senectud. Sin embargo, se ha observado que los mayores se dejan distraer mas fácilmente ante los estímulos distractores que los jóvenes cuando están realizando las tareas automáticas. También se ha observado que la adquisición de nuevas tareas de tipo perceptivo su adquisición es muy deficiente, mientras que las tareas motoras automáticas las pueden adquirir, aunque les cueste mucho mas tiempo.
Memoria implícita en el envejecimiento normal y patológico
Como ya se ha expuesto, la memoria implícita se mantiene al mismo nivel a lo largo de todo el ciclo vital, mientras que la memoria episódica mejora desde la niñez hasta la edad adulta, y posteriormente empieza a decaer. El fenómeno de priming se mantiene prácticamente intacto en la vejez y en las primeras fases de la demencia tipo Alzheimer.
Como ya se ha expuesto en el libro, el priming se produce aunque la presentación del estímulo en la fase de estudio se realice por una modalidad sensorial diferente que la presentación en la fase de prueba (lo que se conoce como priming intermodal). En las personas mayores se produce el mismo fenómeno de priming intermodal que en las personas jóvenes (en ocasiones un poco menos). El priming intermodal se produce debido a que la primera presentación del estímulo construye una representación mental de la estructura del estímulo y no de sus características sensoriales. Además, se cree que el fenómeno del priming intermodal se produce debido a que las representaciones estructurales de los estímulos se almacenan en áreas de asociación parietoccipitales (como el cortex extraestriado occipital), que resulta que se mantienen intactas durante la vejez y las primeras fases de la demencia tipo Alzheimer.
Priming intermodal en la vejez
Tal y como se ha observado en los diferentes estudios, se produce priming entre las diferentes modalidades sensoriales. De este modo, si se presentan palabras de forma auditiva en la fase de estudio y luego en la fase de prueba se presentan de forma visual (o viceversa) se produce efecto de priming. Hay que decir también que cuando el priming intermodal es audición/visión o visión/audición, el priming es menor que cuando se realiza priming intramodal visión/visión o audición/audición.
Sin embargo, cuando el priming intermodal se realiza con estímulos visuales en la fase de estudio y en la fase de prueba se presentan hápticamente (o viceversa) se produce un priming similar al que se produce en el priming intramodal. Además, el hecho de que el procesamiento superficial y profundo en la fase de estudio produzca la misma cantidad de priming en la fase de prueba nos indica que las representaciones de los estímulos en el priming se hacen atendiendo a las características físicas de los mismos. Así, las representaciones en la memoria implícita se hacen atendiendo a la estructura de los estímulos, y se cree que estas representaciones se almacenan en la corteza de asociación temporoccipital. Se cree que en esta zona se asimilan representaciones que no dependen de la modalidad sensorial, es decir, que se integran las representaciones con aportaciones de todas las modalidades sensoriales (al menos de la visión, el tacto y la audición).
Un estudio intentó demostrar que estas eran las areas que se activaban presentando hápticamente figuras no familiares (formas volumétricas extrañas). Cuando las estudiaban observó que se activaban las zonas temporoccipitales como el complejo occipital lateral (LOC). También observó la exploración háptica de estas figuras activaba áreas pertenecientes a la corteza occipital, por lo que inferimos que para formar representaciones estructurales de los objetos percibidos de forma háptica es necesaria la intervención de regiones visuales. El gran problema de esta investigación es que no midieron efectos de facilitación, por lo que fue imposiblerealizar una correlación satisfactoria entre los efectos de priming y la activación de estas áreas.
En resumen, podemos afirmar que la audición, la visión y el tacto comparten áreas de representación.
Además, los resultados que se han obtenido en estos experimentos son compatibles con la hipótesis de los sistemas de memoria. Las modalidades perceptivas no trabajan de forma independiente, pues en conjunto construyen una representación del mundo que son guardadas en las cortezas de asociación.
Atención selectiva y memoria implícita en el envejecimiento normal y patológico
Como ya se observó, el priming no es un proceso que se produzca de forma totalmente automática, pues como han demostrado muchos estudios es necesario que haya atención selectiva en la fase de estudio para que se produzca el efecto de facilitación en la fase de prueba. A continuación exponemos dos estudios que lo demuestran tanto en el priming visual como en el háptico.
En un experimento en el que se emplearon jóvenes, mayores sanos y mayores con alzheimer, se les presentaron hojas con dos dibujos superpuestos en dos colores (verde y azul) pidiéndoles que atendieran a los verdes. En la fase de prueba se les presentaba una prueba de compleción de dibujos (que eran de color negro). Se observó que en los pacientes de Alzheimer, nombraban el objeto del dibujo con un grado de compleción bastante alto (además -y esto es lo importante-, el grado de compleción era el mismo para objetos atendidos, no atendidos y no estudiados). En mayores sanos el grado de compleción era mas bajo que el de enfermos de Alzheimer y mas alto que el de jóvenes (además, -y esto es lo importante-, el grado de compleción era menor para los dibujos atendidos -en verde- que para los no atendidos y no estudiados). En el caso de los jóvenes el patrón de resultados fue similar.
Se realizó un experimento similar pero presentando los objetos hápticamente (también había un grupo de jóvenes, de adultos sanos y de enfermos de Alzheimer). Se les pedía a los participantes que cogieran un objeto con cada mano, y en los primeros 8 ensayos tenían nque nombrar el objeto de la mano derecha (y por tanto atendían a este objeto) y en los otros 8 ensayos tenían que nombrar el objeto de la mano izquierda. Después se les presentaban los objetos y se les pedía que los nombraran lo mas rápido posible. El patrón de resultados fue exactamente el mismo, pues los objetos que habían sido atendidos producían mas facilitación que los no atendidos y los no estudiados, a excepción de los enfermos de Alzheimer, en los que no había facilitación en ningún caso.