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La memoria autobiográfica es importante porque sin ella careceríamos de historia personal. Depende de otros tipos de memoria que ya hemos nombrado, como de la memoria declarativa (porque la recuperación de la información sobre los hechos, eventos y sucesos que han ocurrido en nuestra vida es voluntaria y consciente). Sus contenidos dependen tanto de la memoria episódica como de la memoria semántica.

En la memoria autobiográfica están almacenados todos los eventos concretos que han ocurrido a lo largo de la vida de una persona y también toda aquella información que esté relacionada con ella misma. El hecho de que la memoria episódica y la semántica estén implicadas la hace muy compleja. Este tipo de memoria se ha llamado también memoria personal.

La principal característica es que está rodeada de una sensación de implicación personal y de que la persona es la dueña del evento. Otra es que los recuerdos autobiográficos suelen ser únicos por tratarse de eventos que se han producido en un momento temporal dado y en un lugar específico.

Los contenidos poseen el sentido de la recuperación consciente y voluntaria de la información. La persona siente que está viviendo de nuevo un hecho que ha ocurrido en un momento temporal anterior; en este sentido la memoria autobiográfica no se diferencia de la declarativa.

Métodos utilizados en el estudio de la memoria autobiográfica

Los métodos más frecuentes son el uso de diarios para registrar los eventos personales, la realización de entrevistas autobiográficas, la técnica de la recuperación con claves o simplemente pidiendo a las personas que recuerden lo que ha sucedido en un período de tiempo determinado de su vida.

Los estudios prospectivos como el de Wagenaar (1986) o el estudio clásico de Linton (1975), son estudios muy costosos en cuanto al tiempo y esfuerzo que requieren por parte del investigador. Por eso este tipo de investigaciones son por lo general, un estudio realizado con un único sujeto que suele ser el propio investigador.

Un posible problema con este tipo de estudios prospectivos es que sus autores seleccionen consciente o inconscientemente eventos que puedan ser especialmente bien recordados. El proceso seguido en el estudio introduce un sesgo en los resultados que no ayuda a conocer los elementos mejor recordados y aquellos que más se olvidan.

Por contra, la técnica del diario intenta evitar el problema metodológico que supone la falta de control de la situación experimental. Se trata de estudios intensivos donde el investigador registra los episodios ocurridos en su vida en un diario para después ver con que fidelidad las personas recuerdan estos episodios. Esto permite al investigador disponer de datos objetivos con los que contrastar la calidad y cantidad de los recuerdos autobiográficos.

Otro método usado consiste en preguntar por las propiedades fenomenológicas de las imágenes mentales, usar el recuerdo libre o la técnica del recuerdo o recuperación con claves.

Todas estas técnicas son técnicas retrospectivas porque piden a los sujetos que piensen en una experiencia que ya ha ocurrido en sus vidas.

El olvido de datos autobiográficos

Cuanto mayor es el tiempo transcurrido entre la ocurrencia y la codificación de un suceso y su recuperación posterior a partir de la memoria, el recuerdo será peor y se producirá mayor cantidad de olvido. Las personas suelen tener muy pocos recuerdos de los primeros años de vida. Este hecho se denomina amnesia infantil. Aunque apenas se recuerdan hechos ocurridos muchas personas recuerdan unos cuantos episodios breves que han ocurrido durante el tercer/cuarto año de sus vidas. Estos recuerdos carecen de contexto espacial o temporal. Son como sucesos aislados que se caracterizan por contener muy poca información. Se tratan más bien de breves fragmentos de memoria recuperados mediante algunas imágenes mentales que tienen por lo general, un contenido emocional.

Se han dado dos teorías para explicar por qué se produce amnesia infantil y cómo se desarrolla la memoria autobiográfica en los niños. La primera está relacionada con el desarrollo del “yo cognitivo” mientras que la segunda tiene que ver con factores socioculturales.

Los niños pequeños solo pueden construir su memoria autobiográfica cuando se haya desarrollado su “yo cognitivo” porque sólo a partir de entonces pueden organizar los acontecimientos que les suceden. Y en la teoría del desarrollo socio-cultural, tanto el lenguaje como la cultura desempeñan un papel primordial en la aparición de la memoria autobiográfica.

Los niños usan el lenguaje para hablar de sus recuerdos. Los resultados de algunos estudios muestran que los hijos cuyas madres hablan con ellos cuando hacen una actividad y continúan hablando al finalizarla, tienen más memorias autobiográficas que los hijos de madres que no hablan con sus hijos libremente. También se ha visto que el nivel del lenguaje del niño es un factor importante para saber si la experiencia la va a recordar después.

Estudios realizados con personas de 70 años indican claramente que la memoria autobiográfica varía en los diferentes momentos de la vida. Los adultos experimentan un aumento de recuerdos autobiográficos entre los 20-30 años. A partir de esa edad el número de recuerdos personales desciende de forma que vuelve a ser similar a la que se tiene a los 10 años.

Además, estos recuerdos autobiográficos más abundantes de la segunda y tercera década se dan cuando las personas rememoran hechos felices y hechos importantes que han ocurrido en sus vidas. Este efecto no se da cuando se pide que recuerden acontecimientos personales tristes o negativos.

Memorias fotográficas 

Las memorias fotográficas, también llamadas “memorias flashbulb”, se caracterizan por ser muy duraderas y altamente precisas, concretas y vivas. Se refieren a una circunstancia personal que rodea al descubrimiento de eventos de naturaleza emocional y personalmente importantes para el individuo. Memorias más detalladas y duraderas que la mayoría de las memorias autobiográficas.

Se trata de un tipo de recuerdos que se almacenan en la memoria autobiográfica de una persona en un momento dado y se retienen a veces durante toda la vida con una calidad casi fotográfica.

La curva del olvido está menos influida por el tiempo, suelen estar asociadas con acontecimientos históricos o autobiográficos importantes que tienen una fuerte carga emocional.

Son precisamente las emociones provocadas por el evento en cuestión lo que aumenta la capacidad de recordar minuciosamente los detalles del evento con una claridad casi de fotografía.

Hechos traumáticos para la persona pueden provocar en ella recuerdos muy vivos y persistentes que se hacen presentes en toda su crudeza de forma reiterativa, hasta el punto de poder causar en el individuo lo que se denomina estrés post-traumático.

La memoria autobiográfica en el cerebro

Algunos estudios recientes con imágenes cerebrales apoyan la idea de que es posible distinguir la memoria semántica y la episódica dentro de la memoria autobiográfica. Además se ha encontrado que la presencia de recuerdos con contenido emocional modifica la activación en un hemisferio u otro. Los resultados mostraron que mientras la tarea de recuperación semántica producía activación cerebral de la región frontal izquierda; la tarea autobiográfica activaba la amígdala, el hipocampo (del que depende la memoria episódica) y el giro frontal izquierdo.

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