Neuroimagen estructural: TAC y Resonancia Magnética
Tomografía Axial Computerizada (TAC)
Desarrollada para visualizar la anatomía cerebral de sujetos humanos in vivo a partir de la técnica de rayos X. Permite visualizar cortes o secciones del cerebro tanto de sujetos sanos como con patología cerebral, mejorando la resolución espacial de los rayos X normales. Esta técnica permitió a los neuropsicólogos el estudio de las relaciones entre las lesiones cerebrales de los pacientes y sus déficits cognitivos. El aspecto diferencial clave del TAC consiste en que el emisor y el receptor de rayos van rotando alrededor de la cabeza obteniendo imágenes desde distintas perspectivas. Además, el emisor genera un único haz de rayos formando un plano, pudiendo generar distintos cortes a distintas alturas. Imágenes en 2D con colores desde el blanco -hueso- hasta el negro -líquido cefalorraquídeo-. Pese a su bajo coste, sus inconvenientes son la invasividad, la baja resolución espacial y temporal respecto a técnicas más modernas como la resonancia.
Resonancia Magnética Nuclear
Junto al TAC, una de las técnicas más empleadas es la resonancia magnética nuclear (RMN) o las imágenes por resonancia magnética (IRM).
LA RM aprovecha el que los núcleos de algunas sustancias del cuerpo humano (protones) alteran su orientación espacial cuando una onda de energía electromagnética incide sobre ellos. La resonancia utiliza un potente electroimán para alinear todos los ejes de los protones en el mismo sentido y los somete a pulsos de radiofrecuencia. Al cesar los pulsos, los protones se reorientan y devuelven la señal que recibieron, la cual es captada mediante receptores electromagnéticos y procesada por un ordenador. El núcleo más estudiado es el hidrógeno, por tener una elevada presencia en la mayor parte de los tejidos que conforman el sistema nervioso y necesitar una frecuencia de resonancia que es inocua para los individuos. Permite imágenes 2D y 3D. A menudo, la presencia de anomalías anatómicas como tumores cerebrales, accidentes cerebrovasculares o traumatismos craneoencefálicos, genera variaciones en la densidad de protones de hidrógeno, y por tanto pueden ser observados por resonancia. Mejora sustancialmente la resolución espacial y temporal del TAC.
Neurocirugía funcional
Estudios de los déficit cognitivos a través de lesiones cerebrales bien delimitadas en sujetos humanos como es en pacientes callosotomizados o con “cerebro dividido”, con el fin de evitar la propagación de una epilepsia parcial fármaco-resistente, que ha permitido estudiar la especialización hemisférica de las funciones cognitivas.
También con pacientes lobotomizados por causas de epilepsias temporales, trastornos depresivos, esquizofrénicos y trastornos obsesivos severos, han permitido describir la implicación de otras regiones como los lóbulos frontales y temporales.
Sin embargo, estos estudios, no permiten garantizar que el trastorno que propició la cirugía no sea responsable de los déficits postquirúrgicos, ni que determinadas áreas cerebrales no eliminadas estén desempeñando una función anómala como consecuencia de la falta de input de las áreas que han sido extirpadas.