Las diferentes estructuras encefálicas implicadas en el control motor elaboran órdenes que confluyen en el nivel inferior de la jerarquía motora, las motoneuronas α, que establecen sinapsis con las fibras musculares.
La contracción muscular sólo se inicia cuando la fibra muscular recibe la orden directamente desde estas motoneuronas, localizadas en las astas ventrales de la médula espinal y en los núcleos motores del tronco del encéfalo. La sinapsis que se establece entre el botón terminal de una motoneurona α,y la membrana de una fibra muscular constituye la unión neuromuscular. Cuando un potencial de acción llega a los botones terminales, se produce la liberación de acetilcolina (ACh), la apertura de canales para Na y K y la despolarización de la membrana postsináptica (potencial de placa terminal). A su vez, esta despolarización abre los canales próximos de Na dependientes de voltaje, disparándose un potencial de acción.
Sin embargo, antes de iniciar un movimiento, el sistema motor debe tener información acerca de la posición y orientación de las partes del cuerpo implicadas y del estado de los músculos que controlan ese movimiento.
Los propioceptores son los receptores encargados de esa función y entre ellos están los husos musculares y los órganos tendinosos de Golgi.
Los husos musculares tienen tres componentes fundamentales: las fibras intrafusales y los terminales sensoriales y motores.
Las fibras intrafusales se sitúan en paralelo entre las fibras extrafusales del músculo esquelético. Cuando se produce es estiramiento de un músculo, los terminales sensoriales aferentes transmiten esta información al SNC.
La inervación eferente del huso muscular está a cargo de las motoneuronas γ cuya función principal es mantener el estiramiento de las fibras intrafusales para que sigan informando acerca de la longitud del músculo, incluso cuando éste está contraído.
Los órganos tendinosos de Golgi se sitúan en serie con las fibras musculares y son sensibles a los cambios en la tensión muscular producidos por la contracción del músculo. Como consecuencia de la diferente disposición de los propioceptores, las aferencias procedentes de los husos codifican la información acerca de la longitud muscular, mientras que las procedentes de los órganos tendinosos de Golgi codifican la información sobre la tensión muscular.