Estructura y función
Los receptores acoplados a la proteína G tienen todos una estructura de siete regiones transmembrana, que significa que estas cruzan la membrana siete veces. Cada una de las regiones se agrupa alrededor de un núcleo central que contiene un sitio de unión para un neurotransmisor. Los fármacos pueden interaccionar en el sitio de unión de ese mismo neurotransmisor o en otras zonas del receptor.
Receptores acoplados a proteína G como objetivo de los fármacos psicotrópicos
No agonistas
Un concepto importante para el espectro agonista es que la ausencia de agonista no implica necesariamente que no ocurra nada con la transducción de señal en los receptores acoplados a proteína G. En ausencia de agonista, el cambio de configuración en los receptores acoplados a proteína G puede aún ocurrir en algunos sistemas de receptores pero solo a una muy baja frecuencia. Esto se suele denominar actividad constitutiva.
Agonistas
Un agonista produce un cambio de configuración en el receptor ligado a la proteína G que activa la síntesis del segundo mensajero al máximo alcance posible. Hay dos vías principales para estimular los receptores acoplados a proteína G con una acción agonista completa. Primero, hay varios ejemplos de fármacos que se unen directamente al sitio del neurotransmisor y producen la misma serie de efectos de transducción de señales como un agonista total. Segundo, hay muchos otros fármacos que pueden potenciar indirectamente los niveles del neurotransmisor agonista total.
Antagonistas
Por otro lado, también es posible que la acción del agonista total sea demasiado eficiente y que la activación máxima de la cascada de transducción de señal no siempre sea deseable, como en los estados de sobreestimulación por neurotransmisores. En tales casos, bloquear la acción del neurotransmisor agonista natural puede ser lo deseable. Esta es la cualidad de un antagonista.
Agonistas parciales
Es posible producir una transducción de señal que resulta algo más que un antagonista, aunque algo menos que un agonista total. Bajar el rendimiento de las acciones del agonista total, pero sin llegar a cero es una cualidad del agonista parcial.
Luz y oscuridad como analogía para los agonistas parciales
Muchos receptores, incluyendo la familia de receptores acoplados a proteína G, pueden funcionar más bien como un reostato. Es decir, un agonista total encenderá las luces al máximo, pero un agonista parcial las encenderá parcialmente. Cada agonista parcial tiene sus propios grupos de puntos de contacto tramados dentro de la molécula, de manera que no puede encender las luces de forma más brillante, incluso con una dosis más alta.
Agonistas inversos
Los agonistas inversos son más que simples antagonistas y no son ni neutrales ni silenciosos. El resultado de un agonista inverso es cerrar incluso la actividad constitutiva del sistema de receptores acoplados a proteína G. Por tanto, en muchos sentidos, los agonistas inversos hacen lo opuesto a los agonistas.