Antecedentes históricos
Esta orientación ha existido siempre en la psicología, pues el estudio de la actividad mental y de la conciencia fueron para Wundt y James los elementos constitutivos de la investigación psicológica: actividad mental y la conciencia. También autores como Ebbinghaus, Donders y Barlett manifestaron interés preferente por la cognición y sus procesos.
Desde los años 20 hasta los 50, la psicología científica marginó el estudio de estos temas debido a la pobreza y escasez de resultados obtenidos, a las dificultades para su repetición, la imprecisión de sus métodos de investigación…. A ello contribuyó además el auge de la psicología conductista. Pero con el abandono del positivismo a partir de los años 50, el cognitivismo surgió con fuerza.
Respecto a los antecedentes e hitos históricos que hicieron surgir el cognitivismo hay varios: el artículo de Turing sobre los "números computables" y su propuesta de una máquina computadora universal, McCulloch y Pitts establecen la aplicación del cálculo lógico al estudio de la actividad nerviosa superior, Shannon y Weber hicieron importantes contribuciones a la teoría de la comunicación y de la información... Una contribución fundamental es la de Newel y Simon, que en 1956 crearon un programa de ordenador que simulaba operaciones similares a las que podía realizar una persona cuando pensaba. Este hecho consiguió demostrar que era posible estudiar los procesos mentales (internos) a través de su simulación exterior. Se desarrollaba aquí la analogía funcional del ordenador, que iba a ser esgrimida por el procesamiento de la información (PI), el cual iba a erigirse como el movimiento o paradigma más visible de la nueva psicología cognitiva.
También es importante el desarrollo de la moderna psicolingüística. Chomsky propone una gramática transformacional, opuesta a la gramática asociativa y lineal de los conductistas. El lenguaje se podía estudiar como un dispositivo de competencia que incluye un conjunto de reglas de reescritura de símbolos, capaz de generar todas las frases gramaticales del lenguaje natural.
En 1960, Miller, Galanter y Pribram publican Plans and the structure of Behavoir, manifiesto fundacional de la Psicología cognitiva y del PI. Desarrollan la analogía mente-ordenador que incluye conceptos mentalistas como "planes", "metas", "estructuras", "estrategias". La analogía permitía además admitir que el cerebro es ante todo un dispositivo capaz de tratar con información, y no algo que sirve únicamente para responder a ciertos tipos de estímulos. El reconocimiento de esta posibilidad abría el camino para que los psicólogos pudieran investigar sobre las representaciones internas sin necesidad de recurrir a marcos de referencia neurológicos.
Aun así, esta analogía presentaba dificultades: las variables motivacionales y las diferencias individuales no pueden ser explicadas recurriendo exclusivamente a la analogía mente-ordenador.
Desarrollos posteriores
Las fuentes de la psicología cognitiva son más dispersas que la de la psicología conductual. Además de la Teoría del PI como antecedente reciente, hay que considerar otras como la Psicología de la Gestalt. Sus planteamientos influyeron decisivamente no sólo en la percepción de los objetos en el mundo físico, sino en la percepción de los objetos sociales. Psicólogos sociales como Lewin, Heider y Festinger enfatizaban la importancia de la percepción consciente y de su evaluación. Aludían a conceptos mentalistas como "expectativa", "nivel de aspiración", "balance"…). Ninguno de estos conceptos posee una correspondencia unívoca con el comportamiento observable, pero son conceptos hipotéticos que explican ese comportamiento.
Otra disciplina importante es la psicología de la personalidad, especialmente la derivada de los planteamientos de G.A. Kelly sobre los sistemas de constructos personales con los que las personas categorizamos el mundo, interpretamos los eventos y elaboramos predicciones. A partir de aquí es posible la consideración de los rasgos de la personalidad como categorías cognitivas.
También es importante el tratamiento que desde la psicología cognitiva se ha dado al campo de las emociones y los afectos, especialmente por autores como Weiner y Lazarus. Las teorías cognitivas sobre la emoción parten del supuesto de que todo estímulo o situación debe ser primero identificado, reconocido y clasificado antes de que pueda ser evaluado y de que active la respuesta emocional. En consecuencia, la cognición es una condición previa a la emoción. Ahora bien, la realización de una tarea que no evoca emoción, será cualitativamente distinta de la que hará si provoca algún significado emocional previamente almacenado en la memoria. Estos planteamientos han tenido muchas críticas, pues convierte a las emociones en un proceso de conocimiento secundario a otros como la atención, percepción o memoria.
Actualmente, la psicología cognitiva, no se restringe al paradigma del procesamiento de la información, aunque sigue siendo uno de sus pilares más importantes. Que esté formada por tantas opciones es un problema para ser considerada como un paradigma unitario.
Conceptos básicos
En su sentido más genérico, el término psicología cognitiva implica un conjunto de contenidos que son los que guían la investigación. Esos contenidos hacen referencia a la cognición, que implica la consideración del hombre como ser autoconsciente y activo que busca activamente conocimiento y se halla en un proceso constante de autoconstrucción. Implica también la aceptación de que los procesos de búsqueda y transformación de la información operan sobre representaciones internas de la realidad.
La psicología cognitiva recurre a la utilización de la metodología propia de la psicología como base para establecer inferencias sobre los procesos de conocimiento. Pero no renuncia a metodologías más "blandas" como las que proporciona la psicología social o la psicología de la personalidad.
Limitaciones de la capacidad de procesamiento
El cerebro humano es un sistema de capacidad limitada: los procesos cognitivos requieren "esfuerzo" o recursos. Las características de la tarea a realizar así como las personales determinan la cantidad de esfuerzo necesario para una adecuada ejecución.
Algunos han definido las limitaciones de capacidad como resultado de nuestras dificultades para coordinar al mismo tiempo procesos cognitivos distintos. En psicopatología, esta limitación explica la deficiente actuación de algunos pacientes en tareas sencillas como la detección de señales simples. Para realizar esta tarea es preciso prestar atención y concentrarse, lo que implica entre otras cosas desatender a otras fuentes de estimulación diferentes que actuarían como distractores. Asimismo, la presencia de ciertos síntomas se explicaría aludiendo a la existencia de una limitación básica en la capacidad para procesar información.
Procesamiento selectivo
La mente selecciona ciertos estímulos, situaciones o tareas, ignorando otras que podrían perturbar las elegidas al entrar en competencia con ellas. Este estilo de procesamiento se denomina atención selectiva. Otra cosa diferente es que la ausencia de selección consciente implique siempre que no se registre información: la existencia de un estilo de procesamiento no consciente de información que a menudo actúa paralelamente al procesamiento consciente. Esto indica que la mente es capaz de registrar y elaborar mucha más información de la que podría esperarse.
Etapas de procesamiento
Desde el PI se han propuesto distintos modelos procesuales para explicar los distintos tipos de actividad cognitiva. A pesar de sus diferencias, todos comparten algunas características. Todos los modelos intentan identificar cuáles son los subprocesos más simples en los que puede descomponerse un proceso complejo, y elaboran hipótesis plausibles y verificables acerca de cómo están organizados esos subprocesos. Es aquí donde aparecen la mayoría de las discrepancias: los modelos más sencillos postulan que los subprocesos son fases de procesamiento independientes entre sí, lineales y secuenciales, es decir, que una vez acabada una, comienza la siguiente y. Cada etapa recibe información de la anterior, realizará transformaciones sobre ella y dará lugar a un output que será recogido por la subsiguiente etapa, y así sucesivamente. Este modelo permite averiguar cuáles son los componentes básicos, y cuáles sus invariantes, de los procesos.
A partir de los 70, la investigación se dedicó a identificar las etapas del procesamiento. Surgieron dos modelos complementarios los modelos que postulaban una metodología aditiva y los que utilizaban una metodología basada en la sustracción. Más tarde Sternberg incluyó mediciones sobre el tiempo que cada persona tarda en realizar cada tarea. Este tipo de modelos ha recibido críticas centradas en la excesiva simplicidad.
Actualmente, el sistema cognitivo se concibe como un sistema de módulos de procesamiento, cada uno dedicado a un tipo especial de transformaciones. Algunos módulos reciben información directamente del ambiente, mientras que otros la reciben de otros módulos. Algunos son "cognitivamente impenetrables", es decir, están involucrados con la estructura del sí mismo, mientras que otros están bajo control voluntario.
Procesamiento en paralelo
En vez de un procesamiento serial, se analizan varios aspectos a la vez, simultáneamente o en paralelo, excepto en los casos en los que la propia naturaleza de la tarea exija un procesamiento secuencial. Esta es la visión más aceptada actualmente. Pero, ¿cómo se produce ese procesamiento en paralelo? Implica tener en cuenta 3 características del procesamiento humano: a) la presencia de un procesamiento paralelo contingente, b) la existencia de jerarquías o estructuras de control y c) la puesta en marcha de procesos y estrategias automáticas vs controladas.
Procesamiento paralelo contingente, modelos bottom-up y top-down y el papel de los esquemas en la organización del conocimiento
Desde una perspectiva de etapas de procesamiento la eficacia de las tareas depende de que se hayan completado con éxito las tareas de las fases anteriores, por lo que las fases son contingentes unas con otras. Pero varios teóricos cuestionaron esto y plantearon como alternativa que los resultados (output) de un proceso concreto de una etapa, fueran continuamente accesibles para los demás, por lo que una etapa comenzará antes de que la previa hubiera finalizado y todas las etapas serían operativas o estarían funcionando simultáneamente.
Las operaciones que se realizan en distintas etapas están bajo la influencia cualitativa (no sólo cuantitativa) de los resultados que se estén produciendo en etapas anteriores. También se producirá un efecto de feedback entre las últimas etapas y las primeras, de modo que el feedback procedente de las últimas etapas de procesamiento puede modificar a las primeras o incluso provocar una reorganización total de las mismas.
Los modelos bottom up (de abajo-arriba) intentan desvelar cómo se produce el flujo de información desde los niveles inferiores a los superiores, mientras que los modelos top down (de arriba- abajo) analizan la información de los superiores a los inferiores. Los modelos top down se ven obligados a postular la existencia de representaciones mentales de orden superior o esquemas, que son representaciones estereotipadas, típicas de situaciones o actividades. Los esquemas contienen información que es válida para una situación o momento específico, pero que es modificable por nuevos inputs. El proceso de comprensión requiere inicialmente identificar el módulo más apropiado para alojar la información mediante un análisis inicial de tipo bottom up para posteriormente realizar un análisis de tipo top down que decidirá cómo debe organizarse e interpretarse la información. Por tanto, la comprensión e integración final del input está predeterminada por estructuras de conocimiento ya existentes que suplirán la información adicional para la realización de inferencias.
El modo en que una situación compleja va a ser interpretada o recordada depende mucho del abanico de esquemas prototípicos que se encuentren almacenados en la MLP. Estas representaciones se adquieren mediante aprendizaje (vicario o directo) por lo que existen diferencias individuales. Así, personas ansiosas tienden a interpretar la información de modo amenazador (o de modo negativo en caso de deprimidos) por una mayor accesibilidad a los esquemas de amenaza/tristeza.
Jerarquías de control
El aprendizaje de habilidades y destrezas motoras está relacionado con el procesamiento perceptivo: solucionar un problema requiere casi siempre la recuperación de datos desde la memoria. Uno de los recursos más utilizados para explicar este modo de actuar es el de apelar a estructuras de control. Esta hipótesis supone que las actividades cognitivas están organizadas de un modo jerárquico y, en el vértice de la jerarquía estaría situada la estructura que controlaría todo el proceso de organización. A su vez, las estructuras situadas debajo controlarían otras inferiores, y así sucesivamente. Se habla de control jerárquico.
Procesos automáticos versus procesos controlados
Constituye otra posibilidad alternativa, aunque no excluyente de la anterior. Una misma actividad cognitiva puede realizarse de un modo cualitativamente distinto por distintas personas (diferencia interindividual) o por la misma persona (diferencia intraindividual) en distintas situaciones. El sistema cognitivo es estratégicamente flexible, pues es capaz de adaptarse a modificaciones ambientales así como lograr un mismo objetivo siguiendo diferentes rutas.
Así surge la distinción entre procesos automáticos y procesos controlados. Los procesos automáticos o rígidos implican secuencias fijas de operaciones mentales que se activan ante una configuración específica de inputs internos o externos, que no requieren atención o esfuerzo consciente, que una vez que han sido activados funcionan de manera independiente de los procesos de control, que pueden actuar en paralelo unos con otros y que se producen gracias a la existencia de redes asociativas ya establecidas (aprendidas o determinadas genéticamente).
Los procesos controlados o flexibles implican secuencias momentáneas de operaciones mentales que una persona activa de forma consciente o intencionada. Consumen recursos atencionales, por lo que están limitados por las propias limitaciones de la capacidad y el esfuerzo atencional. Es muy difícil que se den en el mismo momento dos procesos de este tipo, a no ser que su ejecución seas tan lenta o sus características tan fáciles que permitan la actuación en paralelo. Su gran ventaja reside en su extrema flexibilidad para adaptarse a situaciones nuevas, al contrario de lo que sucede con los automáticos.
Esta distinción es útil para explicar ciertos déficits básicos de la psicopatología de la atención, especialmente en esquizofrenias) y los déficits del procesamiento automático en los trastornos afectivos y por ansiedad.
Del procesamiento de la información a la psicología cognitiva
Todos los conceptos básicos de la psicología cognitiva que se han comentado hasta el momento (capacidad limitada, procesamiento selectivo, etapas del procesamiento, organización jerárquica, etc), son cruciales en la actual psicología cognitiva. Sin embargo, al psicopatólogo le interesa saber no sólo como funciona la mente, sino cuáles son los contenidos mentales sobre los que trabaja, y si produce alguna relación entre el cómo y el qué. ¿Se activan los mismos procesos al recordar algo agradable que al recordar algo desagradable?
La psicología cognitiva actual, y por tanto la psicopatología, tienen importantes raíces también en los ámbitos de la psicología social (investiga contenidos mentales: actitudes, atribuciones, expectativas, valores, etc., que pueden ser o no accesibles a la conciencia y, como ello, modula y da sentido al comportamiento y la actividad humanas) y de la psicología de la personalidad(énfasis en el estudio de la identidad personal, la autoconciencia o el sí mismo). A partir de aquí, es posible alejarse de la metáfora hombre-ordenador y dibujar un cuadro del ser humano mucho más realista. Son muchas las aportaciones que esta "otra" psicología cognitiva ha hecho a la investigación psicopatológica actual.
La psicopatología cognitiva: planteamiento conceptual
La influencia de los planteamientos cognitivos sobre la psicopatología ha sido enorme y ha permitido que se recuperen temas como las alucinaciones, delirios, conciencia o amnesias. En un primer momento el objetivo básico de la psicología cognitiva es el análisis de las estructuras y los procesos de conocimiento que controlan la aparición de los comportamientos y las experiencias extrañas o anómalas, y no tanto las conductas anormales en sí mismas. El énfasis se sitúa en el concepto de experiencia anómala que se hace equivalente a los de disfunción o psicopatología.
Esta perspectiva critica las concepciones reflejas, automáticas y predeterminadas de otros modelos (biomédico, psicodinámico o conductiva) sobre la base de argumentos como: el SNC es un sistema que procesa información. Incluso los reflejos incondicionados más sencillos (reflejo de orientación), implican cognición (la RO es la consecuencia de una reacción al cambio o a la novedad que conlleva la activación de procesos complejos de juicio y comparación). Respecto a postulados como el psicodinámico de la transmisión de energía, argumenta que lo que se transfiere no es energía sino señales e indicios (información) que son los que activan los procesos de conocimiento.
A nivel metodológico utiliza las técnicas y modos propios de la psicología cognitiva (experimental, social y de la personalidad). Así, la psicopatología se configura como un área de investigación básica cuyo objetivo es estudiar primero cómo funcionan los procesos cognitivos anómalos y segundo, cuáles son los contenidos de esos procesos anómalos, que información manejan.
Los principales postulados del modelo cognitivo en el contexto de la psicopatología son:
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El objeto de estudio de la psicopatología con las experiencias, sentimientos y/o actividades, mentales o comportamentales que resultan: a) inusuales o anómalas, b) disfuncionales y dañinas, c) inadaptadas y fuera del control personal y d) que provocan interferencias o deterioro en el desarrollo personal, en el comportamientos y en las relaciones sociales.
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Las experiencias, sentimientos y actividades mentales o comportamentales psicopatológicas se conceptúan en términos dimensionales, lo que implica que: a) es necesario considerar en qué grado se presentan en un momento dado y a lo largo del tiempo, b) qué variables median en su incremento y en su atenuación, y c) en qué grado difieren de la normalidad.
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Las diferencias entre la normalidad y la psicopatología son cuantitativas. No obstante, las diferencias de grado conllevan diferencias cualitativas en el procesamiento de la información y en la forma de experimentar la realidad.
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El objetivo de la investigación psicopatológica es el funcionamiento de los procesos de conocimiento anómalos. Los procesos de conocimiento incluyen no sólo los procesos cognitivos, sino también las emociones, motivos, afectos y sentimientos.
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La investigación de las psicopatologías puede llevarse a cabo tanto en situaciones naturales como en condiciones artificiales.
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La salud mental se define sobre la base de 3 parámetros interrelacionados e inseparables: a) habilidad para adaptarse a las demandas externas y/o internas, b) esfuerzos de autoactualización, es decir, búsqueda constante de novedades y renovación, y c) Sentimientos de autonomía funcional y de autodeterminación.