Los factores psicológicos pueden desempeñar un papel esencial en la historia de algunas enfermedades. Es necesario diferenciar entre los trastornos psicológicos y las enfermedades físicas.
Es en el siglo XX cuando el término psicosomático comienza a emplearse de manera formal. La denominación de medicina psicosomática surgió como un enfoque médico de la enfermedad que se opone a la tradicional orientación dualista sobre el ser humano, proponiendo la idea de inseparabilidad entre lo psíquico y lo somático.
Los aspectos positivos asociados a la medicina psicosomática son:
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Consiste en una aproximación psicológica a la medicina general.
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Interés en la interrelación entre la vida emocional y todos los procesos corporales.
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Se basa en que no existe una "distinción lógica" entre mente y cuerpo.
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Implica investigar la correlación entre los procesos psicológicos y los fisiológicos.
La medicina psicosomática no se trata de una nueva especialidad médica, sino de una nueva concepción de la medicina. Ackerknecht ha incorporado 2 concepciones antiguas: la holista y la psicógena. La holista implica un sentido de totalidad en el ser humano, de inseparabilidad de lo psíquico y lo somático. La enfermedad debe ser considerada como un producto de esta interacción. Aparte de la perspectiva psicológica, la psicoanalítica y la psicofisiológica contribuyeron a la conformación del carácter holista del enfoque psicosomático. La concepción psicógena implica un concepto de naturaleza etiológica según el cual los factores psicológicos tienen un papel esencial en la causación de la enfermedad.
La connotación actual de la palabra "psicosomático" implica multicausalidad e interrelación. Según Lipowski el término no debería ser utilizado para implicar causalidad, sino para referirse a "relaciones recíprocas entre los factores psicosociales y biológicos", con lo cual no debe ser utilizado para implicar causalidad.