Memoria “operativa”
Se empezó a estudiar la memoria operativa desde la disociación de los procesos cognoscitivos básicos que la integran. Los procesos cognoscitivos que permiten el normal funcionamiento de este sistema de memoria son: mantenimiento, manipulación, selección, supervisión, control de interferencias y planificación de objetivos.
El mantenimiento es el proceso de constancia de la información durante la ausencia de un estímulo distractor. Podría ser material dependiente y por tanto definir las funciones específicas de los sistemas esclavos como el módulo fonológico, que mantendría información verbal y la agenda viso-espacial, la no verbal. Se han descrito actividades en regiones parietales izquierdas y derechas relacionadas con esta habilidad cognitiva, y también de estructuras corticales frontales. Desde la concepción de las redes neurales se podría plantear la existencia de dos grandes circuitos: el fronto-parietal ventral para la información verbal y el fronto-parietal dorsal para la información espacial. Desde otra monografía, parece que el mantenimiento es dependiente de las regiones posteriores. En las regiones frontales y prefrontales se produciría una asimetría hemisférica en función del material (división funcional por procesos), más que una distinción ventral-dorsal.
La manipulación, probablemente, es uno de los procesos más complejos. Para alcanzar una eficiente manipulación, necesitaremos: mantener, recuperar, supervisar, seleccionar, tomar conciencia de los objetivos y ser resistentes a la interferencia. Es difícil estudiarla de forma aislada al resto de principios cognitivos básicos de la memoria operativa. Existe acuerdo en que el área que constantemente aparece activada en tareas de manipulación es la región prefrontal dorsolateral.
La selección requiere de la constante codificación de los estímulos entrantes, pero añadiendo una elección basada en ciertas cualidades de los estímulos. Existe cierto solapamiento con la supervisión pero la selección implica un juicio y una acción sobre el estímulo. El área 46 o área prefrontal-dorsolateral muestra actividad en tareas de selección de ítems y en tareas de selección de localizaciones espaciales ordenadas temporalmente el área 46 la región prefrontal-ventrolateral, el cíngulo anterior y el córtex parietal medio.
El control de interferencias requiere de cierta resistencia a las interferencias, para poder dar una respuesta adaptativa. La inhibición de estímulos entrantes o representaciones internas no relevantes, puede jugar un papel fundamental en los procesos de memoria. El cíngulo anterior se relaciona con la detección de errores, cambio atencional e inhibición. Esta área muestra una estrecha relación funcional con el córtex del área prefrontal dorso-lateral.
La planificación de objetivos implica planificación de la conducta. El establecimiento de un balance efectivo entre los flujos de información entrante y las representaciones internas, la generación de objetivos de respuesta, la elaboración de la forma de conseguirlos mediante estrategias de memoria adecuadas y el desarrollo de planes para acciones futuras basados en consecuencias esperadas, son funciones relacionadas con el polo frontal
Memoria declarativa: codificación y recuperación
En un principio el modelo HERA predecía la existencia de asimetría hemisférica en los procesos de codificación y recuperación centrados esencialmente en regiones ventrales prefrontales. Así, el área prefrontal ventro-lateral izquierda se encarga de la codificación; el área prefrontal ventro-lateral derecha se encarga de la recuperación de la información. Estudios posteriores demostraron que aunque en la codificación la actividad de la región prefrontal ventro-lateral izquierda era más evidente, no se limitaba a ese hemisferio interviniendo también su área homóloga derecha en tareas verbales de alta carga de memoria, además esta actividad prefrontal ventro-lateral izquierda aparecía también durante la recuperación de la información. Diferentes estudios demostraron una clara relación entre el proceso de selección y la activación prefrontal ventro-lateral izquierda. Interviniendo en este proceso también el córtex prefrontal dorso-lateral. Este proceso no s específico para tareas semánticas. Diferentes estudios de neuroimagen funcional han relacionado la función del lóbulo temporal medial con la capacidad para la detección de novedad, con la profundidad del procesamiento y con la capacidad asociativa entre elementos.