Los trastornos del lenguaje y del habla se consideran trastornos de la comunicación y se suelen exponer junto con los problemas de lectura.
Son a menudo difíciles de separar de los problemas de aprendizaje (o dislexia).
La proporción en función del género es aproximadamente de 3 a 1 para un trastorno del lenguaje y de 2 a 1 para un trastorno de la articulación, con mayor probabilidad de diagnóstico en ambos casos para los varones que para las hembras.
Principales factores de riesgo en los trastornos del lenguaje: Problemas de salud prenatales y perinatales, problemas otorrinolaringológicos, problemas de alimentación temprana debidos a la dificultad para succionar y antecedentes familiares.
Parece existir una predisposición genética a los trastornos del lenguaje.
La probabilidad hereditaria es mayor en niños con trastornos más severos que en aquellos con trastornos leves.
También se encontró que las influencias genéticas y ambientales parecían ser cualitativa y cuantitativamente similares para los niños y las niñas.
Correlatos neuropsicológicos de los trastornos del lenguaje
Se indica que los trastornos del lenguaje hablado y los mecanismos neuropsicológicos subyacentes pueden ser el nexo común entre las dificultades de producción y de comprensión del lenguaje, problemas de lectura, de matemáticas, de escritura y de relaciones sociales que se observan en niños con dificultades de aprendizaje.
Los niños con trastorno específico del lenguaje (TEL) o disfasia evolutiva presentan las siguientes dificultades:
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Déficit significativo en producción y/o comprensión del lenguaje, con capacidades normales en áreas no verbales
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Déficit en la percepción del habla y escasas habilidades de vocabulario que se reflejan en problemas de denominación, memoria, sintaxis (gramática) y semántica (significado de la palabra)
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Deterioro del procesamiento de la secuencia temporal de estímulos auditivos no verbales y mala discriminación de sonidos, sobre todo cuando las señales auditivas se presentan rápidamente.
Una de las hipótesis sobre la posible relación causal entre las funciones del cerebro y los trastornos del lenguaje infantil es que los patrones de simetría anómalos del plano temporal están asociados a problemas de comprensión verbal, déficit de procesamiento fonológico y dificultades de expresión lingüística.
Cada hemisferio podría tener un papel distinto en el análisis de los sonidos.
La zona superior de los lóbulos temporales está implicada en descifrar las señales acústicas del habla.
Los lóbulos frontales izquierdos están implicados en las operaciones semánticas.
El procesamiento del lenguaje es jerárquico, lo cual implicaría niveles sensoriales primarios y regiones de asociación intermodal para actividades cognitivas superiores. A medida que las demandas de procesamiento avanzan es probable que impliquen a más regiones del cerebro.
Los niños con TL son menos eficientes:
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En tareas neuropsicológicas que evalúan la tasa de rendimiento motor (movimientos alternativos rápidos con los dedos)
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En la estimulación háptica (percepción simultánea de la estimulación táctil bilateral)
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En la discriminación izquierda-derecha.
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También muestran menos control sobre los movimientos involuntarios.
Los niños con TL experimentan dificultades de memoria operativa y memoria a corto plazo. La memoria operativa fonológica y el déficit en las habilidades lingüística están relacionados.
También se ha encontrado un nexo entre la memoria operativa visoespacial y el desarrollo del lenguaje. El déficit de la memoria operativa, tanto en la codificación fonológica como en la recuperación léxica, parece importante para comprender los trastornos del lenguaje, porque probablemente interfiere en el procesamiento cognitivo y el aprendizaje.
Características del procesamiento cognitivo de los trastornos del lenguaje
Presentan problemas en la tasa de procesamiento auditivo. Es el déficit básico que subyace a muchas de las características neuropsicológicas y cognitivas asociadas
Los niños con antecedentes familiares de problemas de aprendizaje y lenguaje tardan más en aprender a discriminar entre 2 tonos que quienes no tienen estos antecedentes.
El enmascaramiento auditivo (presentación rápida de señales que se sitúa por encima o enmarcara otras señales que aparecen posteriormente) podría explicar algunas de las dificultades auditivas que se observan en niños con TL. También explicaría otros problemas táctiles y motores.
Se caracterizan por un déficit en la capacidad de percibir y de producir la información en secuencias temporales rápidas. Este déficit no es específico del lenguaje, sino que afecta a otros procesos por ejemplo motrices, táctiles, mnémicos.
Correlatos psicosociológicos de los trastornos del lenguaje
Suelen investigarse junto con el de quienes tienen dificultades de aprendizaje.
Suelen presentar un índice más alto de trastornos emocionales y del comportamiento.
Tienen mayor riesgo de padecer dificultades emocionales que sus compañeros con un desarrollo normal.
La comunicación y la inteligencia verbal son variables importantes en la adaptación social por lo que si los niños no pueden expresar qué necesitan, es probable que adopten una estrategia más física para manifestar sus sentimientos o que los interioricen y no los expresen.
Implicaciones para la evaluación
Hay escasez para las buenas medidas de los trastornos del lenguaje en niños y jóvenes. Es difícil encontrar una prueba adecuada. A menudo la gramática del lenguaje, también se pasa por alto, y por ello también resulta difícil determinar los factores de los TL en la comunicación en general.
Implicaciones para la intervención
La intervención en los trastornos del lenguaje puede ser:
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Preventiva que reduce la probabilidad de los trastornos de lectura
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Terapéutica que trata el déficit del lenguaje o de la comunicación
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Compensatoria
La identificación y la intervención tempranas en edad preescolar son cruciales para aumentar la probabilidad de prevenir las características asociadas a los trastornos severos de la comunicación.
El avance rápido del lenguaje (FFW-L) es una herramienta habitual de intervención porque se ha sugerido que corrige las dificultades en el procesamiento temporal de la información que se supone relacionado con las dificultades de aprendizaje y de lenguaje.
Este programa está basado en la teoría de Tallal de que las dificultades del lenguaje son debidas a problemas en el procesamiento rápido de la información auditiva y que una intervención intensa mejorará las habilidades lingüísticas.
El programa FFW-L consiste en lecciones generadas por ordenador en 2 etapas:
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Etapa 1 del adiestramiento: el discurso se modifica temporalmente y se alarga la señal de habla hasta un 50%.
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Etapa 2: se destacan los rasgos rápidos de transición del habla.
Los resultados son mejores para los niños con problemas de expresión del lenguaje que no tienen trastornos de comprensión lingüística. Las intervenciones que aportan experiencias intensivas con mucha retroalimentación informativa y apoyo favorecen el funcionamiento lingüístico.
Es probable que el procesamiento auditivo sea un aspecto muy importante, aunque complejo, del desarrollo lingüístico, que requiere de la inclusión de otros muchos aspectos de los TL, además del procesamiento temporal de los estímulos, para alcanzar su comprensión.
De los estudios parece concluirse que el déficit de procesamiento auditivo daría lugar a problemas en producción y comprensión del lenguaje.
Mientras que el trastorno motor del habla conduciría a problemas expresivos. Contar con capacidades motoras del habla intactas tiene poca repercusión en la mejora de los problemas del lenguaje que surjan como resultado del déficit de procesamiento auditivo.
Los trastornos del aprendizaje y del lenguaje van de la mano y muchos niños tienen ambas discapacidades.