Los investigadores postulan modelos neurobiológicos de trastornos infantiles como la dislexia.
Las teorías acerca del funcionamiento del cerebro se contrastan mediante la aplicación de pruebas neuropsicológicas a grupos infantiles rigurosamente seleccionados y estudiando las variaciones morfológica de las estructuras cerebrales mediante técnicas de neuroimagen, sobre todo RMf. Así es posible investigar la relación entre las deficiencias neurolinguísticas específicas y las alteraciones morfológicas o las diferencias funcionales en el grado de activación cerebral.
El siguiente paso en el desarrollo de un modelo neurobiológico de los trastornos infantiles es investigar la medida en que los niños con dificultades de procesamiento cognitivo y/o lingüístico responden a distintos programas de intervención.
En el entorno clínico, los niños remitidos para evaluación neuropsicológica no son sometidos necesariamente a pruebas neurológicas o neurorradiológicas, salvo que exista lesión cerebral o se sospeche de alguna enfermedad del SNC. El funcionamiento cognitivo, académico, conductual y psicosocial también interesa a los neuropsicólogos porque son factores que pueden afectar al rendimiento en pruebas neuropsicológicas.